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El Origen

Localizadas en el paraje conocido como “Cabezo la Mota”, en el término municipal de Usagre (Badajoz), corazón vitícola de la comarca de Matanegra a cuyos vinos dieron nombre y fama, las “Legítimas y Originales Bodegas Matanegra”, hoy centenarias Bodegas Ángel Ortiz, encuentran su razón de ser.

Tras varias generaciones de viticultores-productores, Bodegas Ángel Ortiz se ha granjeado un lugar destacado en la elaboración y envasado de vinos tradicionales. Vinos para los que la familiar Ortiz, se han valido y valen exclusivamente de sus 25 hectáreas de viñedo propio, colindantes a la propiedad.

Los vetustos “Matanegra Tinto” y “Matanegra Blanco” de épocas pretéritas, tienen su eco en sus reconocidos “Tierra Grande”, “Cafar” o “Urbs Sacrae”, más actuales. A los que sumar la novísima colección “Sensaciones” o la tutela del prestigioso e icónico, “Monasterio de Tentudía”.

El Raposo - Matanegra

Este enclave, conocido como El Raposo, representa el corazón vitícola de Matanegra, la más prestigiosa subzona vinícola de la Ribera del Guadiana, en Extremadura. Un singular emplazamiento que, por su microclima, sus suelos arcilloso-calcáreos y sus aguas subterráneas, produce los más reconocidos y diferenciales vinos de Extremadura.

25 hectáreas de viñedo plantadas en su mayoría con la variedad Garnacha Tinta (40%) y Garnacha Tintorera (20%) de selección masal. Un legado de nuestro padre y abuelo quienes, interpretando nuestro singular enclave, apostaron por la Garnacha, una variedad que entendemos, respetamos y protegemos.

Tempranillo, Merlot y las blancas, Pedro Ximénez, Cayetana, Eva y Verdejo, completan el abanico varietal de la propiedad.

La Garnacha

Los libros más antiguos sobre el cultivo de la vid en Extremadura, confunden su sinonimia, siendo común encontrarlas referidas bajo el nombre de Aragonés o Gandía, aunque esta última tal vez haga referencia a un clon post-filoxérico de la variedad Tintorera.

Se trata de una variedad vigorosa y resistente a los rigores de nuestro clima. De racimos medianamente compactos, con tendencia al “corrimiento” del fruto y sensible al Mildiu. Si bien, posee una variabilidad varietal amplísima, tanta como viñedos originarios existan en la actualidad, pues muchos de los cuales tienen su origen en una selección masal propia.

Con la llegada del Tempranillo y varietales exóticos, la superficie de viñedo de Garnachas originarias de Matanegra ha mermado, aunque su patrimonio genético está salvaguardadas por manos como los de la familia Ortiz.

¿Cómo son sus vinos?

Los vinos elaborados con Garnacha local, suelen ser dóciles y de muy buena acidez, sin elevado carga tánica, ni cromática, lo que se compensa con unos aromas que recuerdan a la fruta roja fresca (fresa). Por ello, por su jovialidad, son muy apreciados cuando jóvenes.

En crianza, es tan delicada como el mejor «Pinot Noir» de Bourgogne, de la que toma unos matices evolutivos diferenciales, en los que los aromas de fresa y frambuesa joviales, rivalizan con los aromas de regaliz y mermeladas, adquiridas durante esta etapa oxidativa.

Por ende, son vinos frágiles y de cuerpo medio que basa su atractivo en la elegancia, en lugar de en la potencia.

La Bodega

La propiedad, edificada sobre el viejo “Cortijo del Maestrino” epicentro del paraje vitícola sobre el que se asientan sus viñedos, se divide en tres viejos cascos bodegueros: uno de fermentación y dos de crianza y almacenamiento. Salas en las que conviven en armonía las vetustas tinajas y viejas barricas de roble, con los más modernos sistemas de vinificación.

Además, desde 1979, toda la producción vinícola de Bodegas Ángel Ortiz se envasa en la propiedad, contando para tal fin, con una coqueta y actualizada sala de envasado autónoma, pionera en la región.

La producción anual es de 100.000 botellas, repartidas entre sus cinco marcas, con la que abastece los canales de distribución local y regional, con una apuesta decidida por copar cuota en el mercado nacional e internacional.